sábado, 20 de marzo de 2010

El estudio del discurso de la divulgación de la ciencia

Muchas reflexiones e investigaciones sobre la divulgación ya han sido publicadas. Sin embargo, aún subsisten cientos problemas que conciernen a la transmisión del conocimiento científico y no son los de menor importancia. Citemos, entre otras cuestiones abordadas, la concepción misma de la cultura; los intereses diferentes de dos grupos escindidos; otros intereses de orden social, económico, político y hasta militar; los objetivos de la divulgación, la elección de los saberes que se han de comunicar; la representación que el público se forja de la ciencia y los investigadores científicos; la brecha entre la instancia de producción y la recepción; el lenguaje y los medios utilizados para transmitir la ciencia. En resumen, para hablar de transmisión de conocimientos científicos hay que determinar, en primer lugar, lo que entra en juego en esta transmisión, ofreciendo a la vez una definición del proceso de comunicación que le es propio. (Berruecos, 2009, p.21-22).

En efecto, existen aún muchos aspectos que no han sido abordados por estudios especializados, profundos y serios sobre las múltiples facetas que el discurso de la divulgación científica implica.

El libro donde esto se publica es:

Berruecos Villalobos, María de Lourdes (2009) La divulgación de la ciencia puesta en discurso. Colección Divulgación para Divulgadores No. 9. Dirección General de Divulgación de la Ciencia. Universidad Nacional Autónoma de México. México. 180 p.

El libro salió a la luz pública a fines del año 2009, editado por la Dirección General de Divulgación de la Ciencia. Aborda una vertiente poco analizada y de vital relevancia para la divulgación de la ciencia: su discurso.

Entre lo mucho que habría que destacar tomo esto más:

Para Mortureux (1986, p. 73), la diferencia esencial entre el discurso científico y el de la divulgación reside en el hecho de que esta no explica el procedimiento heurístico de los investigadores. Los fundamentos y el procedimiento científico no son transmitidos al público en la enseñanza de lenguas, ni en la divulgación científica: “ninguna de las dos funda (…) su discurso directamente en el procedimiento de la ciencia de la cual es dependiente en el procedimiento de la ciencia de la cual es dependiente; cada una de ellas, al contrario, se vuelve autónoma aunque de diferente manera, con respecto a esta ciencia” (ibid. p. 73). La divulgación oculta el procedimiento de los investigadores, hace visible, expone y focaliza los resultados. Además, no presenta construcción alguna, ni organización de los objetos semióticos (el hacer taxonómico, cf. Greimas, 1976) y tampoco anáforas cognitivas. En la divulgación no se trata de construir el objeto cognitivo, puesto que este ya está construido por el discurso científico, y su búsqueda no es la de “saber”, sino la de “hacer-saber”. (Berruecos, 2009, p.69).

En efecto, podemos identificar esta "diferencia esencial" entre un discurso de divulgación científica y un discurso científico en los actuales discursos. Valga la presente acotación para reflexionar en otros sentidos si miramos hacia otro lado: ¿qué hay pues entonces del experimento del pulque publicado por Bartolache en su periódico de divulgación científica en el siglo XVIII, con procedimiento y resultados puestos de manifiesto "para el vulgo"?

¡Aún hay mucho por hacer en este campo, como bien lo precisa María de Lourdes Berruecos Villalobos en su libro!

¡Qué bien que ya se tienen puntales tan sólidos como este libro de reciente publicación!

El libro está a la venta en la misma Dirección General de Divulgación de la Ciencia. Museo de las Ciencias Universum, en la Universidad Nacional Autónoma de México.

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