sábado, 24 de abril de 2010

La ciencia en la "Nueva gramática de la lengua española"


Tengo ya en mis manos dos grandes tomos amarillos, prometidos por las Academias de la Lengua Española desde hace algunos años.

Lamentablemente su presentación en el V Congreso Internacional de la Lengua Española se canceló, dado que el evento también se canceló. Se llevaría a cabo en Valparaíso, Chile, en marzo pasado, ciudad que fue sacudida por un terremoto pocos días antes de las fechas dispuestas casi un lustro antes.

La ciencia en general ha implicado para la lengua, cualquiera, el que se introduzcan nuevas palabras o se modifique el uso de las ya conocidas, asociando nuevos significados a las ya añejas, simultáneamente, o bien definitivamente desplazando el antiguo significado por uno completamente nuevo. Este fragmento del poema A la vida retirada de Fray Luis de León, del siglo XVI, lo constata:

La combatida antena

cruje, y en ciega noche el claro día

se torna, al cielo suena

confusa vocería,

y la mar enriquecen a porfía.

La “antena” a la que se refiere en este fragmento no es la antena que hoy conocemos coloquialmente y que se relaciona con prácticamente cualquier aparato de comunicación; entonces se refería al mástil de un barco. Las primeras antenas utilizadas en las telecomunicaciones, como efectivamente tenían que alzarse sobre el cielo, cual mástil, se denominaron antenas. Ahora ya prácticamente nadie se acuerda de las antenas de los barcos.

Pues bien la Nueva gramática de la lengua española asume no sólo palabras, sino modos de utilizar el lenguaje, en un nuevo contexto en el que el cambio tecnológico es extraordinario.

En el Tomo I, página 169, encontramos que los acrónimos comunes como:

módem (modulador-demodulador)
y
radar (del inglés, RAdio Detection And Ranging, su traducción es: “detección y medición de distancias por radio”); así como
láser (del inglés, light amplification by stimulated emission of radiation, su traducción es: “amplificación de luz por emisión estimulada de radiación”);

cuando se castellanizan por completo, como es el caso en estas tres palabras, se utilizan como cualquiera de nuestros sustantivos, con todas nuestras reglas, así es que se escriben con minúsculas, aunque estrictamente hablando sean siglas (aunque no se utilizan como tales), y además su plural será igual que el de un sustantivo castellano: módems, radares y láseres… sí láseres, por raro que se oiga.

Algunas personas prefieren agregar “rayo” y pluralizarlo, para que suene quizá menos raro: “se utilizaron diferentes tipos de rayos láser”. Es incorrecto pluralizar ambas palabras: “rayos láseres”.

Por supuesto que fueron más que avalados los ya utilizadísimos acrónimos como SIDA y ADN, que puede utilizarse indistintamente de DNA, aunque una esté en castellano y otra en inglés.

Lo que sí recomiendan es que se omita la “s” del plural en algunos acrónimos muy propios del Internet: DNI, ISDN, DSL, CD, DVD, nunca deberán llevar una tilde (DVD’s es incorrecto), y tampoco se escriben sin tilde (DVDs también es incorrecto). Se tienen que escribir como:

“Una ventaja de los CD es que….”
“Las conexiones ISDN que se implementaron en la empresa…”

Aún habrá mucho que explorar en los dos grandes tomos, que abarcan casi cinco mil páginas con todas las novedades castellanas analizadas y consensuadas en todas las Academias de la Lengua Española.

Es común para muchas de las personas que están más relacionadas con la ciencia y la tecnología desdeñar lo relativo al lenguaje, como si ello fuera una materia intrascendental que no fuera de su incumbencia, pero ¿cómo se comunican si no es con el lenguaje? Es la red que interconecta todo, absolutamente todo lo humano, incluyendo a la ciencia.

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