lunes, 10 de mayo de 2010

Moi, Christine

A los 15 años de edad contrajo matrimonio Cristina de Pizán con Estienne du Castel, en 1379, en Francia. Hija del “dilecto y estimado físico de su Majestad”, el rey Carlos V de Valois, el sabio Tommaso de Pizzano.

A los 25 años de edad Cristina quedó viuda con tres hijos. Cambia entonces radicalmente su existencia, y la escritura se convierte en parte esencial de su vida. “Sentada un día en el cuarto de estudio, rodeada toda mi persona de los libros más dispares, según tengo costumbre”.

Cristina de Pizán fue una escritora de contradictoria personalidad, que alternaba entre lo público y lo privado. La primera mujer reconocida como escritora profesional.

En La ciudad de las damas su pluma defiende a las mujeres. Es una auténtica utopía femenina, como la Ciudad de Dios, de San Agustín (354-430), que también era ya entonces una utopía conocida, pero los alcances de una y otra obra son diferentes. Y es que la sola palabra “ciudad” estaba marcada con una connotación opuesta a “villa” y denotaba la idealización más allá de un espacio físico o arquitectónico, es la idealización de toda una sociedad.

El contexto de La ciudad de las damas es vital para reconocer la valía de esta obra. El papa Honorio III proclamaba: “Las mujeres no deben hablar porque sus labios llevan el estigma de Eva, cuyas palabras han sellado el destino del hombre”; Boccaccio extiende la opinión pública de que las mujeres de recio carácter no eran tales, sino que más bien se habían convertido en hombres; la idea más arraigada era que la fortaleza tenía que venir del hombre: “La mujer es débil y mira al hombre para sacar fuerza, como la luna recibe su fuerza del sol; por lo que tiene que estar sujeta al hombre y servirle siempre”, escribió la abadesa Hildegarda de Bingen. La simple presentación de Cristina con su propio nombre, nombre de mujer, simple y llano, representaba un enfrentamiento con lo establecido, y así fue como firmó sus obras.

El desafío de Cristina de Pizán fue la de exponer por primera vez a la mujer como tal en un mundo androcéntrico. Murió en 1430. La ciudad de las damas presenta una historia de mujeres admirables del siglo XV, que en su esencia no tienen nada de distinto con nosotras, mujeres del siglo XXI. Mujeres entonces, mujeres hoy.

¡Feliz día de las madres!

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