sábado, 2 de abril de 2011

Cultura futbolera y divulgación de la ciencia (IV y último)


Pues bien, considero que nadie tiene ni la competencia ni los recursos necesarios para revisar la gama completa del término “cultura"... ¡William H. Sewell tiene toda la razón! Afirma en su artículo “Los conceptos de cultura” que la “cultura tiene un principio semiótico estructurante” (p. 9)… también argumenta que la dimensión cultural es autónoma en el sentido de que los significantes que la constituyen… han sido modelados y remodelados por una multiplicidad de contextos diferentes. El sentido de un símbolo transciende siempre cualquier contexto particular, porque el símbolo está cargado de las huellas de los múltiples usos que se hicieron de él en una variedad de otras instancias de la práctica social” (p.10). “La cultura puede ser pensada como una red de relaciones semióticas lanzada a través de la sociedad, una red que tiene una configuración y una especialidad diferentes de las de las redes institucionales, económicas o políticas… por ejemplo en los años cincuentas un particular sentido político del símbolo “rojo” se tornó tan dominante, que el equipo de béisbol de los Rojos de Cincinnati se vieron obligados a cambiar su nombre por el de “Los Medias Rojas” (“The Redlegs”). Este hecho es lo que hace posible –o virtualmente garantiza– que la dimensión cultural de la práctica tenga cierta autonomía con respecto a las otras dimensiones” (p.10).

Cuando apenas me asomé al desarrolló de la cultura futbolera en México, el espacio y los objetivos de este blog, me limitan hablar de toda la gran variedad de “instancias de la práctica social” que influyeron en su consolidación, pero está claro, hoy día, para cualquier néofito inmerso en esta sociedad mexicana futbolera, que incluso cuando se habla de un deporte ello no implica que México sea un país con cultura deportiva… porque esa, la cultura deportiva, no la tiene. Además, casi cualquier ciudadano de a pie conoce y reconoce marcas muy particulares para distinguir al deporte futbol en sí de cuando éste está en el ámbito de lo político, lo económico, del espectáculo e incluso de la publicidad. También sabe con frecuencia como funciona como sistema completo: sus reglas, sus tranzas, qué deben hacer los jugadores, los directores técnicos, los árbitros, los comentaristas, los directivos de la FIFA, cómo intervienen los empresarios… y veinte mil etcéteras más vinculados al futbol.

Sobre el supuesto de que Mario Molina dictara una conferencia en el Estadio Azteca… no sé… los jugadores de futbol deben salir a la cancha a hacer lo que deben saber hacer: jugar futbol, y el público lo sabe, y exige eso, que jueguen bien… los árbitros salen a la cancha a hacer lo que deben saber hacer: arbitrar un partido, y el público lo sabe, y exige eso, que arbitren bien, por eso gritan “¡Expulsación!” cuando consideran que no se han desempeñado adecuadamente. ¿Cuál es la cancha principal del sistema ciencia?¿Quiénes son sus actores y cómo deben participar en el sistema de la ciencia?

Lo que sí me queda claro es que Mario Molina, como científico debe investigar, hacer ciencia, no dictar conferencias en un estadio. Y eso, hacer ciencia, es lo que le valió el Premio Nobel… eso quiere decir que lo hace muy muy bien. ¿Quiénes deben ser los comentaristas dentro del sistema ciencia?¿Quiénes sus críticos?¿Quiénes deben financiarlo? Se publican muchas notas periodísticas sobre la falta de científicos mexicanos, como si ese fuera el único factor relevante para el desarrollo de la ciencia en México. El Sistema Nacional de Investigadores reporta más de 15 mil… ¿pero quién habla de cuántos divulgadores de la ciencia hay?¿Tienen un Sistema Nacional de Divulgadores de la Ciencia que les pague un complemento de sus sueldos, como a los científicos? No. ¿Cuántos habrá, si acaso un millar? Lo que sí estoy segura es que son muchísimos menos que el número de investigadores, y me arriesgo a asegurar que los buenos no llegan ni a un centenar... caramba, creo que ni a cincuenta, porque me precio de conocer bastante bien al gremio a nivel nacional. La gran mayoría tampoco tienen una seguridad laboral como sí la tienen casi todos los científicos en las instituciones de educación superior. Sobre los recursos económicos para la ciencia y su sistema completo en México mejor ni hablamos… de la educación en ciencia… uy, uy, uy… ¡amén de la ciencia en los medios masivos de comunicación mexicanos!

La cultura futbolera en México se consolidó a partir de la intervención en su sistema de múltiples actores y sectores externos al deporte mismo tanto para apoyarla como para criticarla y exigirle que se ajustara a tales o cuáles circunstancias.

“Mientras un hombre vive, vive y no se ve a sí mismo. Bien, pon un espejo frente a él y hazle versea sí mismo en el acto de vivir. O bien se asombra de su propia apariencia, o aparta la vista para no verse, o escupe irritado a su imagen… en una palabra, surge una crisis, y esa crisis, es mi teatro”, escribió Luigi Pirandello.

La cultura futbolera en México creció cuando se le puso un espejo enfrente. A mi juicio no ha crecido más porque no se le ha puesto nuevamente el espejo enfrente. Cuando la selección de Francia, en la pasada Copa del Mundo, demostró un pésimo desempeño y además salieron a la luz múltiples irregularidades, entre las que destacó incluso que su director técnico se valía de la astrología seriamente para decidir la estrategia del equipo, su deplorable actuación hizo que entre la avalancha de declaraciones y acciones la Ministra de Deportes de Francia, Roselyne Bachelot, asegurara que: “"Los actores de este desastre deberán asumir sus responsabilidades"… y las tuvieron que asumir.

La verdad es que no hemos sabido delimitar la cancha de juego del sistema ciencia en México, ni quiénes son sus actores (o quiénes deben ser), ni dónde están (o dónde deben estar), ni qué están haciendo (o que deberían estar haciendo)… pero podríamos tener una buena idea de todo ello comparándonos con los indicadores internacionales… ahora, lo que nos falta es tener a las personas y a las instituciones que tengan los arrestos para ponernos el espejo enfrente, y luego, asumir nuestras responsabilidades… ¡nos urge crear una cultura científica en México!

¡Nos vemos el martes!

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